Noticia: La escuela rural que se salvó del cierre renovando la pedagogía.
Resumen:
El colegio de Copons ha pasado en siete años de 10 a 63 alumnos con una apuesta innovadora que ha atraído a muchas familias.
En este caso, la escuela rural de Copons (Anoia) optó por la opción de innovar. Hace unos años, la disminución en cuanto a la natalidad ocurrió tras haberse producido un mal entendimiento entre familias y escuela, de esta forma las aulas se fueron vaciando hasta el punto de estar al filo del cierre. Sin embargo, hace siete años todo cambió gracias a dos maestras (una de ellas nueva), ellas decidieron dar la vuelta al proyecto educativo y pasar a focalizar el trabajo por proyectos y el aprendizaje manipulativo. Tras haber tomado esta decisión, lo presentaron a familias del pueblo, y este les gustó. En ese momento, pasaron de tener apenas una decena de alumnos a actualmente ser 63 niños.
La intención principal del proyecto es que los alumnos se sientan cómodos y predispuestos a aprender. En las escuelas rurales los espacios son clave, es por eso que decidieron huir del individualismo a realizar las actividades en mesas redondas donde se fomente el debate y el trabajo en grupo.
Como en otras escuelas rurales, aquí también se mezclan alumnos de diferentes edades. Al permitir que se relacionen con otros niños, aprenden los unos de los otros.
Los pilares básicos de su metodología son el trabajo por proyectos, el respeto al ritmo de aprendizaje de cada alumno, y unas actividades más manipulativas. Un aprendizaje que se interne por los sentidos y de esta manera el alumnado comprenderá la utilidad de lo enseñado. Las tareas las eligen ellos, de forma muy visual y en las que aprendan jugando. Esto produce en el alumnado una motivación destacable y un aprendizaje más rápido. Por el contrario, en los centros que trabajan con fichas no muestran mucho interés.
Cita APA: Vallespín, I. (2022, 5 de diciembre). La escuela rural que se salvó del cierre renovando la pedagogía. El País.
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